Iniciar una empresa en Ecuador es un proceso accesible y eficiente. Las empresas, reconocidas como personas jurídicas, crean un patrimonio autónomo, protegiendo los bienes personales de los socios. Además, deben cumplir con obligaciones contables basadas en ingresos y reportar información a las autoridades, como actas de reuniones anuales.
La representación legal es obligatoria y puede ser asumida por una persona o incluso otra empresa, con límites establecidos en los estatutos. Ecuador destaca por su flexibilidad: permite constituciones con un solo socio, capital inicial mínimo de un dólar, y reuniones virtuales. Para ciertos tipos de empresas, no se requieren escrituras públicas ni costos de inscripción.
Con esfuerzos recientes para adaptar su normativa a estándares internacionales, las empresas pueden formarse en menos de una semana, posicionando a Ecuador como un país favorable para emprender.
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